Los sistemas de alarma electrónicos se han convertido en una gran ayuda para proteger nuestro patrimonio y nuestras propias vidas. Aún con todas las ventajas que representa contar con un sistema de alarma, nos rehusamos a utilizarlo, pues existen varios mitos que nos alejan de contar con un guardián confiable.

Malos entendidos respecto a los sistemas de alarma.

Usted se estará preguntando algunas cuestiones respecto a los sistemas de alarma contra robo. ¿Yo necesito uno?, ¿Puedo contar con un sistema?, ¿Qué tan difícil es de operar?, ¿Dónde lo compro? Veamos algunos mitos que existen alrededor de estos sistemas.

Mito #1

Son muy caros. En la actualizado, un sistema de alarma es accesible para cualquier clase social. Los sistemas de alarma pueden ser configurados según sus necesidades y los bienes que desea proteger. Muchas empresas le ofrecen los equipos por una moderada inversión inicial y una cuota razonable cada mes por monitoreo del sistema.

Mito #2

Existe la costumbre de decir: “Tal vez nunca la use”,  pero el costo de este sistema siempre será muy pequeño en relación a los bienes a proteger y mucho menor cuando se refiere a la vida de alguna persona.

Mito #3

Son difíciles de utilizar. Utilizar un sistema de alarma es tan simple como recordar una corta secuencia de números que le servirán como contraseña del sistema.

Mito #4

El sistema de alarma no funcionará si me cortan la línea telefónica o pierdo la corriente eléctrica de las instalaciones. Los sistemas de alarma cuentan con medios alternativos de comunicación, como son la radiocomunicación, internet y red celular. El sistema está equipado con una batería de respaldo para seguir operando aún cuando haya corte de la energía eléctrica.

Mito #5

El monitoreo de las alarmas es muy caro. Antes de poder decir que es caro debemos analizar qué es caro con respecto a qué. Es importante entender que un sistema de alarma que está monitoreado las 24 horas del día tiene la seguridad de que recibirá la asistencia adecuada en caso de robo, emergencia médica e incendio.

Realidades:

Las alarmas no comen, no duermen, no se aburren, no cobran ni toman vacaciones.